BTT 31 - Bicicleta sin pedales (draisiana)

Desde el siglo XVII, y con mayor intensidad en el siglo XIX, el valle del Moudang conoció una intensa actividad extractiva. Se extraía mineral de hierro en las laderas cercanas al pico de la Gela y a las crestas fronterizas, donde los afloramientos ferruginosos eran accesibles. Estos recursos locales se transportaban valle abajo, principalmente a hombros de hombres, en mulas o mediante rudimentarios cables aéreos.

El corazón de esta actividad se encontraba en la Forja del Moudang, cuyos vestigios aún son visibles hoy en día. Allí se transformaba el mineral bruto en metal utilizable mediante el método tradicional de la forja catalana. La energía necesaria se obtenía del carbón vegetal producido con madera local, mientras que el agua del Neste de Moudang accionaba los fuelles o martillos.

Alrededor de la forja se desarrollaron varios edificios: talleres, cabañas de herreros, almacenes e incluso un pequeño hameau temporal durante las temporadas de producción. El conjunto formaba una auténtica microaldea industrial de altura, que vivía al ritmo del fuego y del martilleo del metal.